Neus y Carlos recorren juntos el pasillo que les separa de sus familiares y amigos. Han cambiado los bancos de la iglesia por las butacas de cine, el altar por la pantalla grande. Su boda es, cinco meses después, un estreno en la sala Augusta de Palma. Mor mor –título alusivo a un apodo entre la pareja– se distancia de los vídeos tradicionales de boda, paridos durante años bajo la fórmula de sota, caballo y rey: un poco de improvisación, saludos espontáneos de los familiares y baladones mainstream para aderezar el ruido ambiental o los momentos clave de toda ceremonia.
El vídeo de boda del matrimonio mallorquín es una película en toda regla, mediometraje por los 35 minutos de duración, y supone el último giro novedoso a la hora de personalizar la celebración de un casamiento. “No tenía razón de ser ver el vídeo nosotros dos solos. Convocar a los invitados un día festivo [el pase se celebró ayer] para ir al cine es una forma de hacerles partícipes de lo que supuso para nosotros la celebración y una forma de agradecerles su presencia y participación. Les devolvemos lo que han hecho por nosotros”, explica Neus Artigues mientras reparte besos entre los asistentes junto a su marido y posa en un photocall, montado para la ocasión.
Esta original opción, ha sido noticia en Mallorca y la noticia reproducida en los medios locales y nacionales (en este caso, en el Mundo de Baleares ) ¿Qué os parece?
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